Hay una división en la sociedad cada vez más evidente. Los síntomas son muchos y variados:

  • Izquierdas versus derechas
  • Pequeños empresarios versus multinacionales
  • Pobres versus ricos
  • Independentistas versus unionistas
  • Uber versus Taxis
  • República versus monarquía

 

 

 

 

Debajo de todos estos síntomas hay una lucha de 2 fuerzas:

  • Las fuerzas que buscan la expansión, la evolución, el amor…y
  • Las fuerzas que buscan la concentración, la estandarización, el poder, el control (por la imposición, la ley y el miedo).

 

De hecho son una misma fuerza pero con dos caras. No puede existir la una sin la otra. La fuerza evolutiva (la que busca “lo nuevo”) es la que hace crecer las sociedades. Pero no crecería igual si no se encontrara con la fuerza que se opone a todo cambio. La oposición tiene miedo que lo nuevo sea peor que lo conocido e intenta asegurar que los cambios sean para el bien de todos y no solamente para unos pocos.

Las dos fuerzas en el fondo buscan lo mismo: el bien de todos. Las expansivas deben atreverse a romper con el pasado y probar suerte en terrenos desconocidos. Y las fuerzas retrógradas impiden el avance por miedo a que lo que está establecido se desmorone y no exista un (nuevo) orden consolidado.

La solución: el diálogo entre las dos fuerzas. Para que eso sea posible las dos deben ver que aspiran a lo mismo (el bienestar de todos). Las expansivas deben tener paciencia y moverse siempre siguiendo el camino no-violento. Y las retrógradas deben aprender a soltar lo conocido y a buscar el bien común de todos (no solo de los que ostentan privilegios).

De la mano, juntos podemos construir un mundo mejor.